CARRUSEL: · El problemón ganadero, los cuenta-chiles y el emperifolle


Por Víctor Fausto Silva D.


Definitivamente, suena muy bonito cuando la presidenta Claudia Sheinbaum advierte que México “no es piñata de nadie” y que con Estados Unidos hay coordinación, no sumisión ni mucho menos venta de la soberanía nacional porque “México es mucho pueblo”.

Y cuando levanta el puñito queriendo ponerle énfasis –o como para infundir miedo a los gringos, ¡mjú!-, hasta dan ganas de pedirle a Noroña la matraca que usa para echarle porras.

Sheinbaum: Las
cosas, al a’i se va


Sin embargo, con el respeto que la señora se merece, alguien de su círculo más cercano debería advertirle que de acuerdo a los signos de los apocalípticos tiempos trumpianos, ya ni a piñata llegamos, de tanto garrotazo que nos atiza el abusón mandatario gringo.

Lo peor es que esa sucesión de vergonzantes hechos no sólo es atribuible al lunático talante con el que se levanta el que manda allende la frontera, sino en mucho a que aquí se siguen haciendo la cosas al a’i se va, con negligencia, con ineptitud e irresponsabilidad que terminan por salir carísimos.

Ahí está, por segunda vez, el cierre de la frontera gringa a la exportación de ganado mexicano debido a la presencia del gusano barrenador del ganado, una plaga que se había erradicado hace 30 años y que ahora vuelve a resurgir por animales infectados en el sur y el sureste del país.

Los casos más recientes se detectaron en Oaxaca y Veracruz, y mientras la propia presidenta se queja de que el cierre fronterizo es injusto, la terca realidad viene a darle la razón a los vecinos del norte, cuando aquí las autoridades de Salud reconocen que ya hay casos de humanos afectados por dicha plaga. Eso sí, ya salieron con la clásica justificación de que “todo está controlado” y no hay vidas humanas en riesgo, porque se les trató a tiempo.

Berdegué:
Presupuesto
miserable


Ya salió también el Secretario de Agricultura, Julio Berdegué, a darse golpes de pecho intentando cubrir el descuido y la irresponsabilidad del gobierno en el cuidado de la sanidad animal, explicando que ha gastado 167 millones de pesos para tratar de controlar la plaga, con medidas como la de dispersar ¡885 millones de moscas estériles! (vaya usted a saber quién las contó), amén de otros operativos.

Moscas aparte, la millonada de don Julio no deja de ser una suma pichurrienta para un territorio ganadero tan extenso y un problema tan delicado, si tan sólo en Hermosillo, el gobernador Alfonso Durazo le está invirtiendo 300 millones al arreglo del parque La Sauceda. Proporcionalmente hablando, el señor Berdegué nos salió cuenta-chiles.

Para escurrir mejor el bulto, este martes en la mañanera. explicó que el brote inicial se dio el 2023 ¡en Panamá!, de donde se fue moviendo al norte, y remachó ¡culpando a los gringos! porque “se les fue de control” y no produjeron el número de moscas necesarias para frenarlo. Ooootra vez, pues, el prodigio de ser más rápidos que Poncio Pilato a la hora de lavarse las manos.

El asunto es que más allá del peloteo -que a los vecinos les vale cuete- este segundo cierre fronterizo representará para los exportadores pérdidas por 171 millones de dólares sólo en 15 días, de los cuales 54 le corresponderán a Sonora.

Beltrones: Se
los advirtió


Por supuesto, el nuevo manotazo gringo desató un tete-a-tete a todos los niveles, pero acá en Sonora, el que desde hace buen rato alzó la voz para advertir lo que venía, fue el senador Manlio Fabio Beltrones, pero como ahorita cualquier crítica al quehacer gubernamental se clasifica como herejía, nadie del Olimpo oficial lo “peló”.

“A tuitazos o con mensajes patrioteros las autoridades mexicanas no van a llegar a ningún lado, tienen que trabajar. No podemos cerrar los ojos nosotros, no se puede ser omiso, el control se tiene que poner en la frontera sur de México, esa la garantía para que nos liberen la frontera norte”, advirtió Beltrones.

Y puso el dedo en la llaga al recordar que desde el sexenio anterior se dio un recorte presupuestal al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria de más de 40 por ciento, lo que obviamente impacto en la vigilancia y supervisión de plagas, enfermedades, así como el tener inspectores para la vigilancia sanitaria en aeropuertos, puertos fronterizos y puntos carreteros.

Por si algo faltara, señaló que el problema también tiene que ver con la entrada indiscriminada de ganado ilegal en la frontera sur, “ahí hay un negocio de huachicoleo ganadero que está lastimando a México”.

Nadie del gobierno dijo esta boca es mía, y mucho menos refutaron al senador sonorense, pero eso sí, ya con la frontera cerrada, la neo experta en sanidad, Célida López, saltó de la hamaca donde ronca como Secretaria de Agricultura, Ganadería y un kilométrico etcétera más, y usó sus redes sociales para pontificar (en obvia alusión a Beltrones, que le pegó una arrastrada en las urnas) que éste “es un momento de unidad en favor de los sonorenses, no de ponerse a pegarle a la piñata con el palo que les da Estados Unidos”.

Célida: Primero es
el emperifolle


“Esto con dedicatoria por supuesto a políticos que no tienen ningún interés real de ayudar, solo de ser oportunistas y golpear al gobierno. Pónganse a defender el estatus zoosanitario de Sonora y ayuden al sector ganadero”, publicó la dama del buen decir, aunque aquí seguramente se aguantó las ganas de intercalar uno que otro madrazo, como es su fino estilo.

Para decepción de la señora, no necesitó que Beltrones le respondiera, aunque seguramente lo hará pues tampoco es manco, porque ahí mismo, abajito de su publicación en Facebook y bajo el nombre de Juan Alberto Argüelles, le reviraron puntualmente:

“Póngase a trabajar y exijan al gobierno federal haga lo propio, no se distraiga por querer quedar bien con sus jefes, los productores perdemos mucho por su lentitud en las acciones para atacar el problema”.

Corto y en seco, el respondiente sintetizó el sentir que campea no sólo entre los productores, sino entre cualquiera con dos dedos de frente, partiendo de un hecho elemental aceptado por el mismísimo Berdegué: si supieron que el brote del gusano barrenador venía desde el 2023, ¿Cómo fueron tan omisos e irresponsables de dejarlo llegar, con las consecuencias no sólo del cierre fronterizo, sino hasta de afectación para los humanos, como ya se está dando?

¿Dónde quedó entonces la estricta vigilancia que el gobierno debe mantener para garantizar la sanidad animal?

¿Por qué no admitir -y remediar- que con la cacareada austeridad el presupuesto para esa vigilancia también se fue por el caño, y ahora serán otros –los productores- los que paguen el pato por los cuenta-chiles?

¿No sería mejor que, en vez de andar frenando calenturas preelectorales en Morena, estuviera el gobernador Durazo sentado con la presidenta para destrabar el problema?

¿No sería más provechoso que, en vez de dictar clases de ética política y de defensa del gobierno, se apersonara doña Célida con su par Julio Berdegué, a ver cómo puede defender a los ganaderos? ¿O sólo lo buscará para que envíe a Sonora la morralla que le toque de la misérrima e irrisoria suma de 167 millones de pesos para frenar la plaga, a sabiendas de que no les alcanzarán ni para baños garrapaticidas?

Si les molestó el insistente llamado de alerta de Beltrones, a ver cómo lidian ahora con el muy justificado reclamo de los ganaderos y las mermas que en derrama económica dejarán, para Sonora y el país, el descuido y la negligencia, si no es que su ineptitud para evitar problemas de este tipo.

Ahí brincaron ya los ganaderos de Chihuahua, exigiendo una declaratoria de emergencia nacional que empiece por el cierre inmediato de la frontera sur del país, para frenar el ingreso de reses infectadas. ¿También a ellos los calificará Célida López como “grillos”, y de pegarle a la piñata con el palo que Estados Unidos les da?

(Hasta eso que ¿cuánta empatía pueden pedir los hombres del campo a una funcionaria más empeñada en emperifollarse, para asistir al bailongo de coronación de la Expo-Gan en Hermosillo, que en preocuparse por sus problemas?)

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