CARRUSEL: · Durazo: freno y regañada a acelerados y ambiciosos


Por Víctor Fausto Silva D.


Por si quedaba alguna duda de que al gobernador Alfonso Durazo no le gustan los manotazos sobre la mesa ni que traten de arrebatarle la batuta de la sucesión 2027, este miércoles soltó uno de los mensajes más claros que se le hayan escuchado, con destinatarios no sólo dentro de Morena, sino también para los aliados de éste.

Durante el undécimo congreso estatal de los guindas, el de Bavispe no se anduvo por las ramas, porque coloquialmente hablando, soltó una regañada dirigida a quienes les está ganando la calentura y el acelere por las próximas pizcas, como para dejarles muy en claro no sólo quién lleva las riendas, sino cuál es el camino a seguir por tantos “merecedores”.

Durazo: Primero
la lealtad


No dejó dudas sobre dos principios básicos: la lealtad a la causa (e implícitamente a él como conductor), no a las ambiciones personales o de grupo, y el respeto a las normas para que continúe la transformación, con la advertencia de que su permanencia “no está garantizada por decreto”.

Les recordó que “el poder sólo tiene sentido si se pone al servicio del pueblo, y no debemos olvidarlo, pero la continuidad de nuestro movimiento no está garantizada por decreto: se construye día a día y exige unidad, compromiso y una base militante que no se doble ni se divida frente a la adversidad, mucho menos ante la tentación del protagonismo”.

Esa lealtad, dijo, “es valor fundamental de nuestro movimiento: la lealtad a la causa, no a personas, coyunturas o conveniencias; lealtad a los principios, a la gente y a la causa que nos dio origen. para no traicionar al pueblo ni a la esperanza que despertamos en millones de mexicanos y mexicanas”.

Se puso hasta nostálgico al hablar “con la experiencia de quien ha caminado durante décadas en la vida pública”, para atestiguar “cómo la política se vacía de sentido cuando se pierde la lealtad, cuando el oportunismo desplaza a la convicción y el cálculo sustituye al compromiso”.

Recordó que a lo largo de ese desempeño, fue protagonista de momentos críticos “en los que la lealtad fue puesta a prueba”.

“Estuve ahí cuando muchos dudaban, cuando la presión era insoportable, cuando mantenerse firme significaba nadar a contracorriente, y aprendí que en medio de la incertidumbre y la adversidad, la lealtad no es un eslogan: es un acto de congruencia y una brújula que impide perderse”.

Soltó entonces el baldazo de agua fría para los acelerados:

“Hoy como ayer, esa lealtad vuelve a ponerse a prueba. Si queremos que esta transformación perdure, debemos cuidar también la forma en que se renueva”.

“De cara al 2027 –abundó-, todos y todas debemos respetar las reglas del Movimiento. No estamos aquí para satisfacer ambiciones de contentillo: nadie está por encima del proyecto”.

Célida: Peñascazo
directo


Por si no le entendían o se hacían sordos, Durazo les remachó el clavo:

“Que no se le ocurra pensar al más popular, suponerse por encima del Movimiento: nadie tiene derecho a adelantarse, ni a imponer su voluntad”.

Seguramente el peñazcaso llegó hasta las oficinas de la Secretaria de Agricultura, la ínclita y nunca bien ponderada Célida López, que en sus delirios hasta se dice víctima de fuego amigo, pues pregona que según todas las encuestas (seguramente las hace ella, porque no se conoce ninguna seria) va derechito y sin tentar baranda como segura sucesora de Durazo.

Ausente de la reunión (porque hasta donde se sabe fue “prestada” al PT para competir y fracasar ante Beltrones por la senaduría), seguramente a la dama también le cayó entalladito el mensaje de Durazo sobre el valor de la lealtad, porque a la ex ferviente padrecista le ha valido cuete el generoso cobijo del gobernador en su equipo, a la hora de agarrar por la libre y mandarlo por un tubo como jefe político.

Eso suponemos, aunque ya se vio, en un anterior mensaje de Durazo, que la señora confunde los jalones de rienda con las espoleadas, para correr más recio.

En fin, en su salud lo hallará.

Lamarque: Sheinbaum
lo conoce y reconoce


En cuanto a los demás sonantes, hasta donde se aprecia se mantienen volando abajito del radar, aunque al alcalde cajemense Javier Lamarque Cano le está dando por hacer ruido, porque un día se descarta y al otro se apunta.

Y no es que se diga ¡qué bruto!, ¡qué exitazo de gobierno el suyo! en un municipio sacudido por la violencia, sino porque la presidenta Claudia Sheinbaum ha tenido con él una deferencia que ya quisieran los demás: lo reconoce como “uno de los principales compañeros del Movimiento, cuando apenas se estaban estableciendo las bases del partido”.

Porrrr supuesto, el elogio no cayó en oídos sordos, y como por no dejar, Lamarque devolvió la flor…remarcando esa cercanía:

“Conozco a la presidenta, tengo el privilegio de conocerla desde hace muchos años; compartimos años y años en reuniones semanales y luego mensuales con el presidente López Obrador, es una mujer extraordinaria, capaz, súper inteligente, con un carácter entre firme y amable al mismo tiempo”.

Ahí está el mensaje, pues: Lamarque no será precisamente una lumbrera, pero tampoco es un arrimado o un advenedizo, como tantos ahora. Y si la propia presidenta le reconoce que anduvo en las duras, ¿por qué no pensar que en un descuido también le toque cosechar las maduras?

Ramón Flores:
Saco a la medida


Volviendo a la asamblea estatal de Morena, al que también deben haberle chillado los oídos es al dirigente estatal del PT, Ramón Flores Robles, otro que desde hace buen rato agarró monte, queriendo manotear para sí la presidencia municipal de Guaymas.

Le quedó al puro pelo el saco que diseñó Durazo para los acelerados que en sus calenturas y sus ambiciones personales desdeñan las reglas, con el agravante de que, además, los mandos petistas quisieron marcarle “línea” y agenda al gobernador, destapando incluso a su secretario de gobierno para la sucesión.

¡Tengan, para que aprendan!, diría López Obrador.

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