.jpeg)
Por Víctor Fausto Silva D.
Hoy es viernes de temas pendientes, algunos ya tocados aquí, que por una u otra razón fueron quedándose en el tintero, pero que recibieron secuencia.
Uno de ellos fue el de los infames apagones que traen locos y encorajinados a los habitantes de 7 municipios del Río Sonora, a los que nadie pelaba ni a gritos ni a sombrerazos.
Pues bien, ya hubo reacción.
Si echó usted de menos al Secretario de Gobierno Adolfo Salazar Razo, en la reciente gira del gobernador Durazo por el sur, debe saber que lo bajaron del carrito repartidor de beneficios para convertirlo en bombero, porque porrrr fin apareció para dar la cara a los insomnes afectados, allá en Huépac.
Se hizo acompañar de funcionarios de la CFE y del ínclito, nunca bien ponderado y sempiterno diputado por esa región –está en su ¡tercer periodo!-, Fermín Trujillo Fuentes, y según nos reportan, aquello fue de kilométricos rollos tratando de justificar el abandono en que los sumió la paraestatal por falta de inversión, en instalaciones que datan de los años setenta.
Lo más concreto que escucharon los afectados es que –al viejo estilo- Salazar Razo dijo que llevaba “instrucciones precisas” del gobernador de atender la problemática, más el salivero de parte de funcionarios de la CFE achacando las fallas a cuestiones climáticas, pero nunca a su incapacidad o ruina para garantizar el suministro.
Les salieron con que no se necesita otra subestación (además de la de Ures) dizque porque con ésta tienen capacidad sobrada para satisfacer la demanda, lo que en buen cristiano dejó con un palmo de narices a los quejosos, pues no se explican a dónde diablos se va entonces la supuesta energía, ya no se diga en cuanto a los disparatados cobros por un servicio de tercer mundo, y mucho menos sobre los daños que la gente sufre por la quemazón de sus “mufas” y sus electrodomésticos.
![]() |
Durazo, con alcaldes: |
Fue, pues, atole con el dedo, con su respectiva dosis de maquillaje verbal de que en el gobierno del estado están muuuy preocupados y muuuy pendientes del problema. ¡Mjú!
Les dijeron que sí, pues, pero no les dijeron cuándo ni cómo, y es hora de que por aquellos rumbos siguen asándose.
Casi junto con pegado, como dijo el indio, este jueves se apersonó en Ures el propio gobernador Alfonso Durazo, para explicar a los alcaldes de la región el proyecto de una presa más sobre el Río Sonora, ésta en Mazocahui.
Por supuesto, Durazo enumeró una larga lista de beneficios que dejará dicha obra -habló hasta de un Distrito de Riego-, y encargó a los alcaldes que “socializaran” la obra entre sus gobernados (que la chuleen, pues), pero según la información oficial, jamás dijo que ya se hubiera cumplido con todos los requisitos de ley para ejecutarla.
Uno de ellos, la consulta a quienes resultarán beneficiados y/o perjudicados, sigue en el aire, como en el aire deja una de las principales banderas de la cacareada transformación: aquella de que “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”.
“No haremos nada que no quiera la gente”, acaba de decir la presidenta Sheinbaum en Baja California, al encarar a quienes se oponen a la construcción de un puerto en un punto conocido como El Sauzal, de aquél estado.
Meses atrás, Durazo dijo que apenas estaban en la fase de los estudios técnicos, de ahí pasarían a informar a los habitantes y consultarlos, para entrar luego -se entiende que una vez obtenido el aval de la gente- a la licitación de las obras, peeeero hay además otro factor clave: la manifestación de impacto ambiental por los eventuales daños que una obra así supone para el entorno…a menos, claro, que salgan como López Obrador, que devastó toda una selva para hacer el Tren Maya, amparándose en la estupidez de que no se tumbaría “un solo árbol”.
Nada se eso se informó en Ures, y mucho menos que “a la malagueña” y en lo oscurito empezaron a meter maquinaria pesada en el paraje llamado Puerta del Sol (donde estaría la cortina de la presa), hasta que los encolerizados habitantes detectaron la maniobra y salieron a impedirla.
![]() |
AMLO: Dejó escuela… |
Un video difundido por ellos exhibió cómo un presunto funcionario del gobierno estatal se enredó en un galimatías, sin explicar quién y con qué autoridad ordenó tal despliegue, incluso sin permiso de propietarios de terrenos por donde cruzaron, lo cual confirmó la intención de hacer las cosas “a la brava” o por vil madruguete.
Tienen razón los habitantes del Río Sonora de estar escamados, no sólo por los múltiples botones de muestra que dejó AMLO de imponerse por sus pistolas, sino porque aquí se dio ya el caso del llamado “tren fantasma” que la Sedena está construyendo y que arrasó parajes enteros por rumbos de Ímuris, sin que nadie se dignara mostrar permiso alguno, así fueran hechizos o al horno de último momento.
En suma, si el problema de los apagones ya traía enrabiada a esa pobre gente, ahora suman el de las presas, así que jalen sillas, porque en vez de solucionar problemas, desde el propio gobierno están atizándolos.
¿De veras sigue siendo válido aquello de que “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”?
Entre cochinones e ineptos
Acabábamos de comentar también la necesidad de hacer “changuitos” para que no llegue un coletazo de ciclón, porque metería en un brete al flamante malecón de Huatabampito (donde el gobierno del estado metió cien millones de pesos), cuando pasó lo de Nogales: ooootra vez severamente inundado, con todo y que apenas habían inaugurado el embovedado de la calle Tecnológico.
![]() |
Juan Gim: Se lavó |
Por cifras oficiales se sabe que se invirtieron ahí casi 600 millones de pesos, y no es que las embravecidas aguas hayan destruido la obra, pero sí evidenciaron que cualquier albañil originario de Nogales podría haber calculado mejor el caudal y la capacidad de desfogue de la obra, porque el arroyo terminó pasándole por encima.
Raudos y veloces, desde el gobierno del estado y el ayuntamiento a cargo de Juan Gim Nogales salieron a ejecutar control de daños, primero asegurando que el embovedado funcionó tal como se planeó para desfogar las aguas broncas, peeero aclarando que la lluvia “fue atípica” y que si fue rebasado, se debió ¡a la acumulación de basura! que bloqueó parcialmente el flujo de la fuerte avenida.
El problema es que aquí surgen los asegunes:
1.- Es cierto que la lluvia fue considerable, pero no se ve cómo resulta “atípica” una que apenas rebasó los 40 milímetros, cuando años atrás las ha habido verdaderamente torrenciales;
2.- Los habitantes de Nogales están rematados de cochinones por tirar la basura donde les pega la gana, porque según el propio gobernador Durazo, días atrás había llovido y el embovedado funcionó exitosamente…hasta que los nogalenses fueron a retacarlo de basura, y
3.- El alcalde es un inepto o por lo menos un negligente, porque conociendo cómo llueve en Nogales y cómo sus calles se convierten en un solo arroyo, no tomó las medidas preventivas necesarias para evitar que la acumulación de basura le abollara la flamante obra.
En suma, el estado se lavó las manos asegurando que la obra está bien hecha, y el alcalde agarró por lo fácil culpando a los cochinones, siendo que pecó de lo mismo por no recoger el tiradero.
Es la primera lluvia fuerte de la temporada. Habrá que esperar las que sigan -y una que otra “atípica” de verdad- para ver, bien a bien, si la mega obra fue efectivamente bien diseñada, o si termina convirtiéndose en un vil canal hecho a precio de oro.
Por lo pronto, la culpa fue de los cochinones. ¡Mjú! ¡Ándale pues!
Comentarios
Publicar un comentario